Las películas argentinas, aunque suene feo decirlo, siempre me generaron rechazo. Acostumbrado a consumir cine internacional (preferentemente norteamericano), me era inevitable cada vez que veía (por casualidad u obligación) una película nacional, compararla con alguna de afuera. Y casi siempre (mas adelante voy a explicar el "casi") las nuestras salían perdiendo por goleada. Pero fue así hasta hace un tiempo, cuando esa balanza se empezó a emparejar, en un principio sigilosamente y a pequeñísimos rasgos, hasta volverse notable como ahora.
En mis épocas pochocleras con la marca roja y blanca, con fondo azul y estrellas, obviamente había alguna que otra película casera que me gustaba, pero de ahí no pasaba. Hasta que con "El Secreto de sus Ojos" que muy bien llevó su representación nacional a los Oscar, me empece a interesar en lo que producíamos acá, y empecé a buscar en la heladera de casa lo que antes comía en el restaurante mas cercano. Con la ganadora de la estatuilla como abanderada, aparecieron películas que superaron con creces mis expectativas como "Nueve Reinas" "Luna de Avellaneda", "Un Novio para mi Mujer" (esta ultima, la volvi a ver después de mucho tiempo. Y con la euforia del descubrimiento del producto nacional, me llegó mas todavía) entre otras que en este momento no pasaron por mi memoria...
Y hete aquí, siguiendo por mi época experimental del cine argentino...me topo con una de las ultimas revelaciones de sello porteño que vio crecer la pantalla grande. Y se trata nada mas ni nada menos que de "Medianeras", que si bien el merito de un interesante film es compartido con los españoles (que aportaron actores, sitio y demás...), no deja de tener ese tinte que solo la creatividad argentina puede proporcionar. Una película que arranca un poco lenta a mi parecer, pero se la perdona con el tiempo ya que toda esa quietud, esa parsimonia, vuelve mas reales a los personajes. Como si no fueran actores guionados, sino personas que muy bien podríamos cruzar en una avenida, un quiosco o incluso en el pasillo del piso de nuestro departamento. Luego de la parte introductoria de los personajes, todo se vuelve mas dinámico...escenas que tienen luz propia y que hacen brillar un poco mas a este humilde largometraje, manchado de mucha realidad, como es la de la dependencia involuntaria a la tecnologia, las fobias, las inseguridades, el miedo, y la soledad misma.
Las actuaciones son tan genuinas, que nos hacen desear querer encontrar una persona con esos perfiles, porque son de los que no abundan, pero existen y están ahí afuera. No quiero detallar mas, por el simple hecho de que se aprecia mas viéndola que imaginándosela con las pocas palabras que aquí escribo. Porque tiene un estilo muy particular, que es difícil de expresar y explicar por escrito, e incluso en la misma película no logran mostrar todo lo que oculta, y es por eso que se vuelve tan maravillosa.
Ese misterio, esa incógnita, esa particularidad que nos invita a entrar y buscarla, que nos desafía a quedarnos y encontrarla...porque siempre esta presente, ya sea frente a nosotros, en la vuelta de la esquina, o del otro lado de nuestra medianera...
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